La semana pasada escuché una definición del concepto de “impaciencia” relacionado con el sistema nervioso, este tema está vinvulado a la forma en que los impulsos de nuestro “reloj” o metrónomo” interno corren a un beat más rápido que los impulsos del ambiente en el que nos encontramos. Cuando estamos formados en la fila de la caja del supermercado y la persona que está delante de nosotros quiere realizar un cambio de producto o el sistema de cobro no funciona correctamente existe ese desfase, por dentro estamos pulsando rápido y la realidad que experimentamos es lenta.
La generación de nuestros padres y tíos (yo acabo de cumplir 38 años) han utilizado computadoras y dispositivos digitales por algunos años, sin embargo vale la pena reflexionar que personas de mi generación nos formamos desde muy pequeños (en el mejor de los casos) con computadoras y videojuegos que nos dieron la oportunidad de adaptarnos y entender mejor el diseño de interfaces, los menús, los botones, las ventanas con avisos y notificaciones, la ubicación de la información que un usuario necesita para operar dentro de un sistema.
Los diseñadores de interfaces de usuario para aplicaciones móviles y plataformas web trabajan arduamente (al menos es mi expectativa) para brindar una experiencia agradable a los usuarios de todas las edades. Le cuento de mi caso personal ya que cuando un familiar me pide que lo guíe a lo largo de un procedimiento “básico” en un sitio web o una aplicación ya sea para escritorio o para móvil alcanzo niveles de impaciencia bastante altos . Les recomiendo mucho practicar ejercicios de respiración para que la frustración de ambas partes y las consecuencias que pueden venir con ella, sean mínimas. Recordemos constantemente que es un proceso cognitivo que nuestra generación lleva ejecutando desde hace más de 30 años y no es así para otras personas de diferentes edades.
Regulemos nuestras pulsaciones internas y adaptemos nuestros procesos cognitivos a los de nuestros padres, tíos, abuelos, compañeros, colaboradores y cualquier persona que no haya estado familiarizada con el diseño de interfaces de usuario desde hace tantos años como nosotros, todo esto para que su experiencia sea agradable y saquen el mayor provecho de la tecnología mientras se sienten acompañados en ese constante esfuerzo de entender qué es lo que está pasando en la pantalla de su teléfono móvil o computadora.
Un ejemplo muy claro de esa relación entre el diseño de interfaces de los videojuegos y las aplicaciones es sin lugar a duda, Waze; probablemente no hayan pasado más de unas cuantas horas desde la última vez que seguiste las indicaciones de esta aplicación para llegar a un lugar que frecuentas de manera cotidiana o que visitaste por primera vez, los datos en tiempo real que son procesados en tu teléfono inteligente y mostrados en el display que emula una carrera en un videojuego de finales de los 90 son una herramienta que nos puede facilitar el tomar decisiones con respecto a las rutas y caminos que podemos tomar y así permitirle a nuestro cerebro un descanso para que se enfoque de mejor manera en decisiones que se presentan más importantes a lo largo de nuestra vida.
Constantemente se hacen actualizaciones a las aplicaciones, con el objetivo de mejorar la experiencia, esto involucra también el rediseño o ajustes a la interfaz, eso puede ser proceso muy normalpara mucha gente pero para otras personas puede ser un verdadero infierno, les recomiendo que tomemos estos factores en cuenta la próxima vez que ayudemos a otra persona a operar una aplicación, plataforma o página web para que los beneficios, por ejemplo de Waze; (el cálculo preciso del tiempo de trayecto, conocer si la ruta que normalmente seguimos es viable en ese momento o si hay algún accidente o trabajo en algún punto del recorrido, si existen bloqueos o algún otro evento que incrementará el tiempo que normalmente toma desplazarnos y muchos más) puedan tener un impacto positivo en la vida de todas las personas que hacen uso de estas tecnologías y así generar un experiencia de usuario agradable mientras continuamos avanzando en la optimización de los medios y procesos en pro de una sociedad que no sea esclava de su dispositivo sino una sociedad empoderada y abiertamente comunicada.